domingo, 22 de septiembre de 2013

ESTUPENDAS A LOS 40 +


Los encantos femeninos de las cuatro 

décadas





La cuerentena... suena fatal y llegar supone casi un 

trauma. Pero cada vez son más las mujeres que llegan 

a los 40 estupendas


“No le quite años a su vida, 



Póngale vida a los años que es mejor”, 



Sobradas razones tuvo Ricardo Arjona al hacerse eco de 


esta ponderación, al igual que el, muchos mas estamos 

completamente de acuerdo en que existe un encanto sin 

igual, que adorna el perfil de las mujeres maduras. Sin 

importarle a ningún viviente el que su figura no sea la de 

los quince, se convierte por su estilo y sus encantos, en la 

amalgama perfecta entre experiencia y juventud, esa 

experiencia que conforma su vida y esa juventud que 

adorna su incomparable belleza . 





Es justo esa mujer, con sus hilos de plata cubriendo su 


cabellera, la mujer que sabe lo que quiere, la que espera 

siempre ser bien conquistada, que aunque sea un amor del 

momento, que talvez resulte un tormento, que aunque no 

perdure, sea externo en cuanto dure, por esa y otras 

razones…Tiene que saber amar, el que una mujer madura 

quiera conquistar.

Es la mejor edad, es la edad de la razón, con un incesante


 amor que hace bien al corazón,

Comprensiva, sensata y sobre todo, endiabladamente 

seductora. Casi todas, hoy están casadas o divorciadas y 

vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el 

segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al 

tercero, al cuarto intento. Que importa… otras preservan su

 soltería con una independencia que hace de sus vidas un 

mundo de envidiables y tiernos ensueños. 







Son maravillosas, saben lo que quieren, saben donde van, 


siempre están seguras de si mismas, de lo que quieren y 

con quienes lo quieren. La mayoría de las veces no se 

detienen a analizar lo que tú piensas en torno a lo que 

hacen, su seguridad le da firmeza. Con su cuerpo lleno de 

dulces experiencias, arrugas de pasión, su erotismo 

prevalece a los pies de la sensualidad, haciendo caer 

de rodillas a todos los buenos amantes, que embriagados 

por el deseo de amar, caen posados en sus brazos y 

cabalgando unidos te llevan al firmamento, donde ven las 

estrellas venir a su encuentro y escuchar el reiterarte una 

vez y otra vez, que eres y serás por siempre, su 

adorado tormento.



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