En ese marco, el mandatario dijo: “No tenemos una 
crisis con los jóvenes, sino que tenemos una crisis 
civilizatoria que incluye a estos, a los viejos y al
 destino de la vida 
humana sobre la tierra”. 
El mandatario cuestionó 
que los mayores quieren 
un
 mundo “arregladito”, 
donde los jóvenes 
trabajen 
muchas horas, paguen sus cuentas, se jubilen y 
mueran. “¿Será ese el destino del hombre? ¿O en las
 rebeldías y en las inconformidades juveniles aletea 
algo que no podemos definir, y tal vez un sentido de
 libertad y de civilización distinta?” 
“Yo soy un viejo contestatario, pero ese mundo 
cuadradito y organizado como nosotros creemos me
 está pareciendo que no hace feliz a la gente”, 
sentenció Mujica.


“Nuestra civilización cristiana y occidental es un 
gigantesco fracaso porque transformó a la vida en una
 apelación para gastar, consumir y acumular y lo que 
está despilfarrando son horas de vida arriba del 
planeta”, cuestionó el mandatario. 
“Creo que los jóvenes lo sienten porque necesitan
 tiempo libre, tiempo que no se cuantifica, tiempo
 para amar y es lo que menos tienen” expresó. 
Agregó que el mundo se hace “inconvivible” si no
 somos capaces de tolerar aquello que es distinto o
 con lo que discrepamos. 
“La civilización se construye alrededor del amor, del 
hogar, del sentido de pertenencia, del respeto y del 
cultivo de la tolerancia. A veces el amor se acaba y
 hay que volver a empezar mientras se esté vivo. Ese
 es el mejor mensaje para sentirse joven y para
 respetar el contenido de la juventud”, sentenció
 Mujica. 
Del encuentro también participaron: la secretaria 
ejecutiva de la Comisión Económica para América
 Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcenas; el 
secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias;
 el director ejecutivo del Fondo de Población de
 Naciones Unidas (UNFPA), Babatunde Osotimehin; el
 secretario general de la Organización Iberoamericana 
de la Juventud (OIJ), Alejo Ramírez y el ministro de
 Desarrollo Social, Daniel Olesker. LaRed21