«Sabe leer bien los deseos confesados u ocultos del hombre italiano»
Desde su primera victoria en 1993, parece que no hay
polémica
ni asunto que pueda apartar de la política a «il Cavaliere»
Es difícil encontrar a un italiano que confiese abiertamente
ha logrado convertirse en primer ministro en tres
ocasiones: 1994, 2001-2006 y 2008-2011. A día de hoy,
parece que nada puede con él; ni sus imputaciones, ni las
polémicas vinculadas a su vida íntima y personal, ni ningún
tipo de acusación. A sus 77 años «il Cavaliere» sigue siendo
amado por la mayoría de los italianos pero, ¿por qué?
Magnate televisivo, el hombre más rico de Italia, mujeriego,
bufón, corrupto, vinculado a la mafia... son muchas las
palabras que pueden vincularse a la figura de una persona
que se define a sí mismo como «el mejor primer ministro
en 150 años de historia italiana» y como el líder que se
ha hecho a sí mismo, dando al pueblo italiano «lo que
necesita» desde 1993, fecha en la que crea su partido «Forza
Italia» y se postula como candidato.
Su llegada al mundo de la política no es en un momento
cualquiera. Es la década de los 90, cuando en Italia se
produce el colapso de los partidos tradicionales y
comienza a imperar la supremacía del encanto personal y la
capacidad de persuasión como elemento determinante a la
hora de ganar adeptos. Entonces el mensaje «berlusconiano»
-mezcla de populismo, liberalismo económico y con la
siempre firme promesa de modernización-, cala entre la
gente. Ha nacido ya el político que en ningún momento
descuida sus grandes dotes de comunicador, heredados
de su anterior etapa como vendedor de electrodomésticos.
Frente a los clásicos partidos italianos de masa, Berlusconi
representa, tal y como explican Jonathan Hopkin y Caterina
Paolucci en su libro«El modelo financiero de una
un nuevo tipo de partido, el «partido de empresa», que
busca vender un producto del modo más atractivo posible,
que busca vender a su líder, en este caso, «il Cavaliere». Es
más, él también es el primero en sacar partido al mundo
mediático para influir en la política hasta el punto de que
en la actualidad le pertenecen casi la mitad de las
frecuencias
radiofónicas así como los principales canales de televisión
del país.
Resistencia política
En la actualidad sigue en la primera línea de la política
, incluso después de haber generado la enésima crisis en el
Gobierno italiano con susrecientes jugadas para tratar de
evitar ser expulsado del Senado, pese a los escándalos y el
descontento popular, lo que ha hecho que sea objeto de
estudio de analistas, sociólogos, y profesionales de diversas
ramas que buscan dónde está el secreto de su éxito no
perecedero. El psicólogo Alessandro Amadori daba con una
de las claves: «Posee una incapacidad manifiesta de
abandonar la escena política, también porque la
centro izquierda italiana no logra articular una
alternativa».
Por su parte, el periodista y escrito, Beppe Severgnini, autor
de «La barriga de los italianos. Berlusconi, explicado a los
descendientes», apunta a otro punto determinante:
el «factor humano». «¿Qué piensa la mayoría de los
italianos sobre Berlusconi? 'Se nos parece, es uno de
nosotros'. Berlusconi quiere a los hijos, habla de su madre,
entiende de fútbol, sabe ganar dinero, detesta las reglas,
cuenta chistes, dice palabrotas, adora a las mujeres y las
fiestas».
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