miércoles, 9 de octubre de 2013

LA AUTO COMPASION



¿Por qué nos auto compadecemos?






La auto estima baja es uno de los mayores obstáculos en 

nuestra vida.

Nos hace sufrir y nos impide lograr aquello que deseamos.

Cuando nuestra autoestima es baja y no logramos el éxito 

deseado, buscamos un culpable.

Ya sea que nos culpemos a nosotros mismos o que 

culpemos a los demás, a la vida, la suerte, Dios, etc., si nos 

sentimos indefensos e incapaces de cambiar la situación, 

podemos acabar auto compadeciéndonos.

La auto compasión en sumamente limitante pero difícil de

 reconocer y aceptar, porque le damos un significado 

equivocado.

Para mucha gente significa estar "mal", ser débiles,

 incapaces y menos valiosos que los demás.

Esta forma de pensar es errónea.




En realidad lo único que indica la auto compasión, es que:

  1. Durante nuestra infancia aprendimos una actitud que 

    nos impide, actualmente, solucionar nuestros 

    problemas y tener una vida mejor.

  2. Necesitamos aprender a analizar la situación y 

    nuestras habilidades, de una manera diferente.


Con frecuencia sentimos que nuestra vida y nuestras opciones están

 limitadas, sin darnos cuenta de que dicha limitación está causada 

por la auto compasión.


Responde a las siguientes preguntas.


  1. ¿Sientes que luchas y luchas y no logras mejorar o resolver tu 

    situación?

  2. ¿Piensas que la solución a tus problemas depende de lo que

     hagan o dejen de hacer los demás?

  3. ¿Te sientes, en ocasiones, incapaz de enfrentarte al mundo 

    que te rodea?

  4. ¿Siempre tienes una razón para justificar tu actitud?

  5. ¿Sientes que tienes poco control sobre tu vida y lo que te está 

    sucediendo?
  6. ¿Buscas consejos, pero no los sigues?
  7. ¿Te sientes molesto e incomprendido cuando la gente te

     quiere ayudar?
Si contestaste que sí, a la mayoría de las preguntas, posiblemente

 tiendes a sentirte víctima o a compadecerte con facilidad.

Todos hemos sufrido y todos hemos fracasado.

La diferencia entre los que se autocompadecen y los que no, es que


 los primeros se dedican a ver todo lo malo que les ha pasado y que

 no han podido evitar o solucionar y los otros se enfocan en lo que 

quieren que les pase y en lo que necesitan hacer para lograrlo.

Cuando creemos que nosotros tenemos poco o ningún control sobre


lo que nos sucede, que el mundo y/o los demás se aprovechan de

 nosotros o nos causan daño, acabamos sintiéndonos incapaces y 

desempeñando el papel de víctimas.





¿Cómo se desarrolla el papel de víctima?



Existen cuatro situaciones que pueden ayudar a que desarrollemos 

una actitud de víctimas:


  1. La vulnerabilidad y dependencia de los niños.

    Debido a la edad, falta de conocimientos y habilidades, necesidad de depender de los adultos, las limitaciones que dichos adultos imponen, etc., todos los niños se sienten víctimas, en muchas situaciones.

    Esto le sucede a cualquier niño, independientemente de que tenga una vida estable, protegida, feliz y llena de amor.
    Es parte de las características de la niñez.

    Al crecer, los resultados de las diferentes experiencias que vivimos, la educación, ejemplos que recibimos, etc., hacen que se pierda o disminuyan este tipo de pensamientos y sentimientos o que aumenten y se establezca una actitud de víctima.





  2. Haber vivido en un ambiente en donde se nos compadecía 

    constantemente, escuchando comentarios como:

    "Pobrecito se siente mal".
    "Pobre, le dejan tanta tarea".
    "Es injusto lo que le pasa, pero no puede hacer nada".
    "A ... siempre le pasa algo malo".

  3. El niño escucha y aprende a pensar igual respecto a sí mismo.
  4. El ejemplo de uno o ambos padres que tenían dicha actitud.

    Los niños tienden a imitar, de manera inconsciente, las actitudes de los padres y de la gente importante en su vida.

  5. Haber sido realmente víctimas, de algún tipo de abuso:


    • Físico,
    • sexual,
    • psicológico,
    • emocional.

    El impacto de estas vivencias puede ser tan intenso que repercuta a lo largo de toda su vida.
    Pero aun en estos casos, pueden y "deben" trabajarse las consecuencias, para tener una vida mejor.



No importa cuál fue la causa inicial.
Al crecer, las experiencias que vivimos, los ejemplos que recibimos, etc., pueden debilitar, eliminar o fortalecer nuestra actitud ante la vida.


La autocompasión, como cualquier otra emoción, tiene aspectos positivos y negativos.

El aspecto positivo es que, momentáneamente, disminuye el dolor y evita que nos autodevaluemos, (porque reduce el impacto de la culpa).

El aspecto negativo se manifiesta en que:

  • Impide que veamos el problema en toda su magnitud.
    Se enfoca sólo en una pequeña parte del problema (la parte negativa que nos afecta directamente), por lo que no le vemos diferentes soluciones.

  • Nos aleja de la gente y nos impide resolver nuestros problemas, porque nos mantiene centrados en nosotros mismos:
    "Pobre de , los demás me…, yo no puedo…

  • Impide que nos responsabilicemos de lo que nos sucede y que actuemos, porque al culpar a los demás, son ellos los que pueden y "deben" hacer algo para mejorar la situación.
    Esto hace que tratemos de presionarlos o manipularlos, con lo que surgen nuevos conflictos.

  • Nos paraliza, porque sentimos que no podemos hacer nada al respecto, ya que no tenemos ni la capacidad ni el control necesario para resolver la situación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario