domingo, 30 de marzo de 2014

VLADIMIR PUTIN Y SU IMPERIO RUSO....

 
Vladimir Putin y la reconstrucción de la Rusia
 
 "soviética"
 
 
 
Putin
 
 
 
 
 
El mundo se estremeció cuando Rusia se anexionó Crimea. Pero,
 
¿por qué tanta sorpresa? El escritor y periodista Oliver Bullough
 
 sostiene que el presidente Vladimir Putin nunca ocultó su
 
intención de recuperar el poder ruso. Lo que aun queda por
 
verse, dice, es cuánto más puede sostenerse este ascenso.


 






 
El 16 de agosto de 1999, los miembros del Parlamento de Rusia -la

Duma Estatal- se reunieron para aprobar la candidatura de un

primer ministro. Escucharon el discurso del candidato, le hicieron

unas preguntas y debidamente lo confirmaron en el cargo.
Era la sexta persona en ocupar el puesto en los 16 meses de la

presidencia de Boris Yeltsin y un alto miembro del partido se

confundió con el nombre. Expresó que apoyaría la candidatura del

Stepashin -el apellido del recién destituido primer ministro- en

lugar de su desconocido remplazo, antes de rectificar el embarazoso

error.


Si los altos diputados de la Duma ni siquiera podían recordar el

nombre del nuevo primer ministro, tampoco se podía esperar que el

resto del mundo prestara mucha atención a su discurso. Era poco

probable que fuera líder del gobierno ruso por más de unos meses

así que, ¿para qué tomarse la molestia?




De desconocido ...





Ese individuo era un exagente de la agencia de inteligencia KGB,

Vladimir Putin, y ha estado a cargo del país más extenso del

mundo, como presidente o primer ministro, desde entonces.




Vladimir Putin
 
 
 
Putin era poco conocido cuando llegó a primer ministro.

 
Pocos se dieron cuenta en ese momento, porque pocos estaban e

scuchando, pero ese discurso esbozaba el esquema de casi todo lo

que ha hecho, de cómo reformularía un país que estaba al borde de

un colapso catastrófico.


Hacía apenas 364 días que Rusia había entrado en cesación de

pagos de su deuda. Los salarios de empleados del sector público y

las pensiones se pagaban, con suerte, con meses de atraso. La

infraestructura básica se desmoronaba. Los bienes más preciados de

la nación estaban en manos de un manojo de "oligarcas" bien

conectados que manejaban el país como un feudo privado.


El otrora poderoso ejército ruso había perdido la guerra en

Chechenia, un lugar con menos habitantes que el número de

soldados rusos.


Ademas, tres antiguos aliados del Pacto de Varsovia se habían

afiliado a la OTAN, llevando la alianza de Occidente hasta las

fronteras de Rusia.



Entretanto, el país era conducido por Yeltsin, un borracho irascible

en frágil estado de salud. La situación era apremiante, pero Putin

tenía un plan.



"No puedo abarcar todas las tareas que enfrenta el gobierno en este

discurso. Pero de una cosa estoy seguro: ninguna de esas tareas

pueden realizarse sin la imposición de un orden y disciplina básicos

en este país, sin el fortalecimiento de la cadena vertical", manifestó

a los parlamentarios congregados.



Nacido en Leningrado, en 1952, Putin se crió en los años de oro de

la Unión Soviética, el período después del espectacular triunfo de la

URSS en la Segunda Guerra Mundial.



Sputnik, la bomba de hidrógeno, la perra Laika y Yuri Gagarin eran

testimonio del ingenio soviético. Las apabullantes intervenciones

en Hungría, en 1956, y Checoslovaquia, en 1968, fueron una

muestra de su determinación.



Los ciudadanos soviéticos gozaban de un período de paz y

prosperidad. La vida era estable. La gente recibía su salario. Cada

quien estaba en su puesto. El mundo los repetaba.



Cuando Putin habló ante la Duma, su patria era otro lugar, caído en

desgracia ante el resto. Hablaba como un hombre que añoraba las

épocas cuando Moscú era tomada en serio. No lo mencionó de

manera explícita pero claramente estaba golpeado por la

inhabilidad rusa de evitar que la OTAN explusara las fuerzas de su

aliado, Serbia, de Kosovo hacía unos pocos meses.




.... a omnipresente






"Rusia ha sido una gran potencia durante siglos y aún lo sigue

siendo. Siempre ha tenido y tendrá zonas de interés legítimo...No

deberíamos bajar la guardia en este aspecto ni permitir que nuestra

opinión sea ignorada", dijo.


Su política interna era restaurar la estabilidad, frenar lo que llamó

las "revoluciones" que habían hundido a Rusia. Su política exterior

era recuperar el lugar de Rusia en los asuntos mundiales.



Esos dos objetivos fundamentales han dirigido todo lo que ha

hecho desde entonces. Si lo hubieran escuchado, ninguna de sus

medidas los hubiera tomado por sorpresa.



Desde entonces, se ha aferrado de cuanta oportunidad le ha

brindado la historia -desde los ataques del 11 de septiembre de

2001 hasta la revolución en Ucrania de 2013- para concretar sus

metas. Ha sido tácticamente astuto y despiadadamente oportunista.

Tanto en el interior como en el exterior, quiere que Rusia recupere

el prestigio que tenía cuando crecía.




El lugar obvio para iniciar esta campaña fue Chechenia, el símbolo

del colapso de Rusia. Los chechenos derrotaron la campaña de

Yeltsin de aplastar su independencia autodeclarada, pero resultó ser

una victoria amarga. La guerra devastó el pueblo, la economía y la

infraestructura de Chechenia. El territorio se convirtió en un antro

de secuestros, violencia y crimen sin que nadie -hasta que llegó

Putin- hiciera algo al respecto.



Finalmente, para los acongojados rusos patrióticos, aquí tenían a un

hombre no solamente capaz de pagar sus pensiones, sino preparado

para ensuciarse las manos defendiendo a la patria. Al cambio del

milenio, cuando Yeltsin abandonó la presidencia y designó a Putin

como su sucesor, los ínidices de aprobación del desconocido primer

ministro superaban el 70%, un nivel que ha bajado poco desde

entonces.

BBC.-


 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario