viernes, 31 de julio de 2015

VENEZUELA Y DOMINICANA PRUEBAN A ALMAGRO

Venezuela y Dominicana ponen a prueba 

el liderazgo de Almagro en la OEA




Venezuela y Dominicana ponen a prueba el liderazgo de Almagro en la OEA



Dos meses después de alcanzar la secretaría general de la 
Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro 
enfrenta las críticas de Caracas y Santo Domingo, poniendo a 
prueba el estilo de su mandato en el ente multilateral.

"No creo que nadie en la organización, ni él mismo, había 
pensado en una luna de miel; sabía que iba a haber 
problemas desde el principio", dijo a AFP el exdiplomático 
estadounidense John Maisto.

Almagro, que fue ministro de Relaciones Exteriores del 
expresidente uruguayo José Mujica, amigo cercano de 
Venezuela, fue electo en marzo, sin oposición y con el apoyo 
de toda la región, para suceder al chileno José Miguel 
Insulza al mando de la Organización.

Pero con su reunión este lunes en Washington con el líder 
opositor y dos veces candidato presidencial venezolano 
Henrique Capriles, el idilio con Caracas se rompió.

"Aquí no se puede estar bien con dios y con aquello. O se está 
con los pueblos o se está con el imperio. Así de sencillo. 
Díganselo a Almagro de parte mía", dijo el presidente 
Nicolás Maduro, mientras que su ministro de Comunas y 
excanciller, Elías Jaua, acusó al diplomático uruguayo de 
tener una "conducta antivenezolana".

Almagro ha ofrecido la observación de la OEA en las 
elecciones legislativas de diciembre en Venezuela, 
coincidiendo con el pedido de los opositores, que acusan a 
Maduro de intentar un fraude en estos comicios 
considerados cruciales, y en los que el gobierno podría 
perder por primera vez su mayoría en el Congreso.

El miércoles, el secretario general declinó comentar con 
periodistas la nueva tirantez con Caracas, aunque en un 
intento de echar tierra a la polémica recalcó su "admiración" 
hacia la figura del mentor de Maduro, el fallecido presidente 
Hugo Chávez, a quien calificó como "extraordinaria 
personalidad de las Américas de dimensión mundial".

- "Oído sordo" -

Varios expertos estiman que la polémica es una primera 
prueba sobre el rumbo que bajo la conducción de Almagro 
tomará la OEA, una institución fracturada y anquilosada que 
ha perdido su protagonismo regional frente a la Unasur y la 
Celac.

"Si Almagro quiere darle sentido a la OEA y sacarla del foso 
en el que se encuentra, la solución es hacer oído sordo a los 
gritos de Maduro, y actuar en base a los principios de 
defensa de la democracia para los cuales la OEA existe", 
apuntó Ezequiel Vázquez-Ger, director del Centro de 
Investigación Periodística en las Américas.

Almagro también hirió susceptibilidades en República 
Dominicana por sus comentarios sobre una controvertida 
política migratoria, que según el vecino Haití podría dejar 
miles de desplazados y apátridas de origen haitiano.

Al subrayar la necesidad de una solución consensuada entre 
Santo Domingo y Puerto Príncipe, Almagro recordó que 
ambos países comparten la pequeña isla caribeña de La 
Española, y estimó que "generalmente cuando es una isla no 
hay dos países, hay un solo país".

Pero el canciller dominicano, Andrés Navarro, consideró la 
frase una "ignorancia total" en geografía política y denunció 
la "imprudencia extrema" de Almagro, acusándolo de 
entorpecer el rol de la OEA y extralimitarse en sus funciones.

- Hábil diplomacia -

Aunque Dominicana ha recalcado su derecho soberano a 
fijar su política migratoria, a inicios de julio aceptó la llegada 
de una misión de la OEA, que también visitó Haití, y a pesar 
de las tensiones evalúa las recomendaciones del ente.

Sin embargo, las intenciones de la OEA no siempre traen 
frutos. Al ser preguntado en Nueva York si vería con buenos 
ojos un papel de Naciones Unidas en las elecciones 
Venezolanas, Maduro replicó que "Venezuela no es 
monitoreada ni será monitoreada por nadie (...) jamás".

Para John Maisto "la gran debilidad de la OEA en cuanto a 
trabajar en conjunto y con acciones relevantes es que países 
invocan la soberanía y (...) parece que es más importante que 
la democracia".

La OEA tiene una tradición de tomar decisiones por 
consenso y muchos acuerdos se vuelven un compendio de 
deseos sin exigencias reales a las partes, señalaron los 
expertos. "Termina siendo pura habladuría y la gente del 
hemisferio se da cuenta de esto", según Maisto, que fue 
embajador de Estados Unidos ante el organismo.

Que la OEA tenga un rol más relevante en la región "requiere 
una diplomacia bastante hábil", añadió, y esta es la tarea de 
Almagro.

Listin Diario.-

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