¿Por qué besamos?
Que es el beso??
Es la presión de los labios contra una superficie
determinada. Esta puede ser un objeto, o simplemente
cualquier parte del cuerpo.
Socialmente es una muestra de afecto, saludo o
sencillamente una manifestación de amor
Siempre surge la interrogante, quien se invento el beso o
porque nos besamos?
Lo cierto es es que sea en las manos, mejillas o boca
cualquiera que sea la parte del cuerpo nos formulamos la
misma interrogante.
Se presume que aparece por primera vez de una madre a
su hijo.
Fueron los animales los primeros en darnos este ejemplo de
romance previo al sexo?
Esto es porque hay cierta especie de animales que
muestran la presencia de la práctica del beso en diversas
especies, entre ellas aves y algunos mamíferos .
Se se llega a la conclusión que el beso surge de forma
instintiva en el ser humano donde fundamentalmente el mas
destacado de todos es en los labios. Los labios son un foco
sensitivo conformado de varias terminaciones nerviosas que
tienen la principal función de transmitir impulsos
eléctricos. Los besos no están necesariamente vinculados al
sexo.
El Kamasutra por su parte describe tres clases de
besos:
-El nominal, en el que los labios apenas se tocan.
-El palpitante en el que se mueve el labio inferior, pero no el superior.
-El beso de tocamiento, en el que participan labios y lengua.
Beneficios del beso
Como beneficios a la salud del beso se encuentra la
liberación de adrenalina y noradrenalina en el torrente
sanguíneo, lo que provoca una serie de cambios físicos en
bombeo de la sangre. Un beso puede quemar de dos a tres
bienestar.
Otros beneficios del beso incluyen el aumento de los niveles
de autoestima, la tonificación de los músculos faciales, la
liberación del anestésico contenido en la saliva, menores
niveles decolesterol en el sistema cardiovascular y el
mejoramiento de las funciones metabólica
La palabra “romántico” es clave, y hay que distinguirla de
“sexo”, “amor” y “cortejo”. El sexo es el deseo de
apareamiento presente en todos los animales. Los
besos no están necesariamente vinculados al sexo, a
menos que se usen como preliminar. El amor es… El amor
es el amor (por ponernos poéticos). No existe ninguna
cultura en el planeta que no tenga un concepto sobre lo que
es el amor. Se presenta de muchas formas y aspectos, pero
todo el mundo la reconoce instintivamente como amor.
Algunos filósofos, como Platón, escribieron tratados sobre el
amor, y pueden encontrarse obras similares a lo largo y
ancho de todo el mundo antiguo. El amor y el sexo suelen
aparecer entrelazados en obras como el Kamasutra indio,
un manual práctico sobre el arte de hacer el amor. El beso
en los labios se presenta en el Kamasutra como una parte
de ese arte, porque los labios se ven como órganos
erógenos sensibles.
“sexo”, “amor” y “cortejo”. El sexo es el deseo de
apareamiento presente en todos los animales. Los
besos no están necesariamente vinculados al sexo, a
menos que se usen como preliminar. El amor es… El amor
es el amor (por ponernos poéticos). No existe ninguna
cultura en el planeta que no tenga un concepto sobre lo que
es el amor. Se presenta de muchas formas y aspectos, pero
todo el mundo la reconoce instintivamente como amor.
Algunos filósofos, como Platón, escribieron tratados sobre el
amor, y pueden encontrarse obras similares a lo largo y
ancho de todo el mundo antiguo. El amor y el sexo suelen
aparecer entrelazados en obras como el Kamasutra indio,
un manual práctico sobre el arte de hacer el amor. El beso
en los labios se presenta en el Kamasutra como una parte
de ese arte, porque los labios se ven como órganos
erógenos sensibles.
Otros escritores, como Homero, Aristófanes y Catulo,
también estaban obsesionados con el amor y el sexo.
Catulo suplica a su amada que le dé un número infinito de
“besos”. Pero, al igual que ocurre en el Kamasutra, nos da
la sensación de que con beso (sin importar la parte del
cuerpo que lo reciba) se hace referencia al sexo y al amor
(sobre todo al primero), donde el hombre (Catulo) controla la
situación y la mujer está a su total disposición.
también estaban obsesionados con el amor y el sexo.
Catulo suplica a su amada que le dé un número infinito de
“besos”. Pero, al igual que ocurre en el Kamasutra, nos da
la sensación de que con beso (sin importar la parte del
cuerpo que lo reciba) se hace referencia al sexo y al amor
(sobre todo al primero), donde el hombre (Catulo) controla la
situación y la mujer está a su total disposición.
El cortejo puede incluir o no incluir amor, e incluso sexo. Es
una práctica prenupcial, que adopta numerosas formas
rituales, dictadas por tradiciones específicas diseñadas para
garantizar el matrimonio, normalmente como un acuerdo
entre familias. Sin duda el amor no es un requisito para el
cortejo, y el beso rara vez ha desempeñado un papel en
este. Hasta hace poco, claro.
una práctica prenupcial, que adopta numerosas formas
rituales, dictadas por tradiciones específicas diseñadas para
garantizar el matrimonio, normalmente como un acuerdo
entre familias. Sin duda el amor no es un requisito para el
cortejo, y el beso rara vez ha desempeñado un papel en
este. Hasta hace poco, claro.
El beso en los labios “romántico” (no “sexual”) es una
invención que viene, con toda probabilidad, de las
tradiciones medievales de amor cortés
invención que viene, con toda probabilidad, de las
tradiciones medievales de amor cortés
Así las cosas, ¿dónde encaja el beso? El beso en los labios
“romántico” (no “sexual”) es una invención que viene, con
toda probabilidad, de las tradiciones medievales de amor
cortés. Está impregnado de amor “verdadero” (que no
“acordado”); es una acción subversiva contra el cortejo
pactado y el amor aburrido. Incluso hoy, la traición o la
infidelidad comienzan con un beso. Seguido del sexo, por
supuesto. Pero ambos no pueden invertirse: nunca el sexo
antes del beso.
“romántico” (no “sexual”) es una invención que viene, con
toda probabilidad, de las tradiciones medievales de amor
cortés. Está impregnado de amor “verdadero” (que no
“acordado”); es una acción subversiva contra el cortejo
pactado y el amor aburrido. Incluso hoy, la traición o la
infidelidad comienzan con un beso. Seguido del sexo, por
supuesto. Pero ambos no pueden invertirse: nunca el sexo
antes del beso.
El origen del beso podría estar en una declaración de
libertad ante las prácticas nupciales y amorosas
anquilosadas. ¿Hay pruebas? No directas, claro, pero sí hay
montones de anécdotas que lo demuestran.
libertad ante las prácticas nupciales y amorosas
anquilosadas. ¿Hay pruebas? No directas, claro, pero sí hay
montones de anécdotas que lo demuestran.
Las primeras historias donde aparece el beso romántico,
que suelen representar a unos amantes desdichados que
rompen las restricciones de la sociedad, son los relatos,
leyendas y canciones de trovadores medievales, basadas
en la caballerosidad y el amor cortés. Un ejemplo clásico es
la historia de la aventura amorosa, en el siglo XIII, de Paolo
y Francesca, inmortalizados por el poeta Dante en el quinto
canto de su Infierno. Se trata de Francesca de Rímini, cuya
mano se concede en matrimonio a Giovanni Malatesta
(también conocido como Gianciotto) para consolidar la paz
entre dos familias enfrentadas. El padre de la joven sabía
que su hija rechazaría al feo y deforme Gianciotto, con lo
que pide al hermano menor de este, Paolo, que rescate a
Francesca. La joven se enamora al instante del apuesto
Paolo, y ambos se besan apasionadamente, una imagen
que luego influiría en muchas obras de arte, entre ellas la
impresionante escultura El beso, de Rodin. Al saber que
Gianciotto, y no Paolo, será su marido, Francesca monta en
cólera: no pueden privarla de su amor por Paolo.
que suelen representar a unos amantes desdichados que
rompen las restricciones de la sociedad, son los relatos,
leyendas y canciones de trovadores medievales, basadas
en la caballerosidad y el amor cortés. Un ejemplo clásico es
la historia de la aventura amorosa, en el siglo XIII, de Paolo
y Francesca, inmortalizados por el poeta Dante en el quinto
canto de su Infierno. Se trata de Francesca de Rímini, cuya
mano se concede en matrimonio a Giovanni Malatesta
(también conocido como Gianciotto) para consolidar la paz
entre dos familias enfrentadas. El padre de la joven sabía
que su hija rechazaría al feo y deforme Gianciotto, con lo
que pide al hermano menor de este, Paolo, que rescate a
Francesca. La joven se enamora al instante del apuesto
Paolo, y ambos se besan apasionadamente, una imagen
que luego influiría en muchas obras de arte, entre ellas la
impresionante escultura El beso, de Rodin. Al saber que
Gianciotto, y no Paolo, será su marido, Francesca monta en
cólera: no pueden privarla de su amor por Paolo.
Según Dante, el amor surge después de que los dos
amantes lean la historia de Lancelot y Ginebra. El final
trágico llega cuando el celoso Gianciotto, florete en mano,
se dispone a matar a Paolo, y Francesca se interpone entre
los dos hermanos. La espalda la atraviesa y acaba con su
vida.
Entonces Gianciotto, totalmente fuera de sí, pues amaba a
Francesca más que a su propia vida, mata a su hermano.
Entierran a los dos amantes en la misma tumba, lo que
simboliza su unión más allá de la vida mortal.
amantes lean la historia de Lancelot y Ginebra. El final
trágico llega cuando el celoso Gianciotto, florete en mano,
se dispone a matar a Paolo, y Francesca se interpone entre
los dos hermanos. La espalda la atraviesa y acaba con su
vida.
Entonces Gianciotto, totalmente fuera de sí, pues amaba a
Francesca más que a su propia vida, mata a su hermano.
Entierran a los dos amantes en la misma tumba, lo que
simboliza su unión más allá de la vida mortal.
El poder del beso furtivo para cambiar la vida de la gente
nos empuja inexorablemente a besar
nos empuja inexorablemente a besar
La historia de amor de Paolo y Francesca es potente y, al
mismo tiempo, de una tristeza abrumadora. Trata del amor
“romántico”, sellado con un beso, que trasciende la vida y la
muerte, a pesar de que la sociedad ve su acción como un
pecado. Como Julieta le dice a Romeo en la versión
shakespeariana de esa tragedia medieval: “Ahora tienen mis
labios el pecado que han tomado de los tuyos”. A lo que
Romeo responde: “¿El pecado de mis labios? ¡Dulce
reproche! Devuélvemelo”. Desde el principio, el beso y el
“amor desdichado” van de la mano. Acaso esa sea la única
posibilidad para el amor verdadero: quizá pecaminoso,
como dice Julieta, pero irresistible. Hoy en día encontramos
este mensaje implícito en todas las historias de la cultura de
masas, desde las películas hasta las novelas superventas.
El poder del beso furtivo para cambiar la vida de la gente
nos empuja inexorablemente a besar.
mismo tiempo, de una tristeza abrumadora. Trata del amor
“romántico”, sellado con un beso, que trasciende la vida y la
muerte, a pesar de que la sociedad ve su acción como un
pecado. Como Julieta le dice a Romeo en la versión
shakespeariana de esa tragedia medieval: “Ahora tienen mis
labios el pecado que han tomado de los tuyos”. A lo que
Romeo responde: “¿El pecado de mis labios? ¡Dulce
reproche! Devuélvemelo”. Desde el principio, el beso y el
“amor desdichado” van de la mano. Acaso esa sea la única
posibilidad para el amor verdadero: quizá pecaminoso,
como dice Julieta, pero irresistible. Hoy en día encontramos
este mensaje implícito en todas las historias de la cultura de
masas, desde las películas hasta las novelas superventas.
El poder del beso furtivo para cambiar la vida de la gente
nos empuja inexorablemente a besar.
En la literatura de amor cortés, las mujeres aparecen
retratadas como seres “angélicos”, no meros objetos
sexuales. El beso se concebía como un camino hacia el
amor espiritual, no un preludio del sexo. La idea de la mujer
como ángel ha perdurado, y puede verse en canciones
populares como Pretty Little Angel Eyes (1961), de Curtis
Lee, y Next Door to an Angel (1962), de Neil Sedaka. Sus
letras resuenan con las metáforas celestiales de los poemas
y los cantos medievales. Por supuesto, en algunos de los
retratos líricos la metáfora del ángel se yuxtapone con la de
demonio, como en The Devil in Disguise (1963), de Elvis
Presley.
retratadas como seres “angélicos”, no meros objetos
sexuales. El beso se concebía como un camino hacia el
amor espiritual, no un preludio del sexo. La idea de la mujer
como ángel ha perdurado, y puede verse en canciones
populares como Pretty Little Angel Eyes (1961), de Curtis
Lee, y Next Door to an Angel (1962), de Neil Sedaka. Sus
letras resuenan con las metáforas celestiales de los poemas
y los cantos medievales. Por supuesto, en algunos de los
retratos líricos la metáfora del ángel se yuxtapone con la de
demonio, como en The Devil in Disguise (1963), de Elvis
Presley.
Resulta sorprendente pensar que el beso podría haber
surgido al mismo tiempo como un acto de amor y de desafío
contra las costumbres anquilosadas del cortejo, tal y como
insinúa la historia de Paolo y Francesca. Desde esa época,
besar se ha convertido en la acción romántica por
excelencia. ¿Hay algo más romántico que dos personas
abrazándose, mirándose a los ojos y, como colofón de ese
momento romántico, besándose en los labios? En ese
instante, el beso transporta a los amantes a otro nivel de la
existencia, muy por encima de lo mundano. Solo cuando el
romance concluye, el poder del beso se desvanece. Como
vivimos en una aldea global, el beso se ha extendido por
todo el mundo, haciéndose un hueco en tradiciones y tipos
de cortejo por doquier. El beso sigue siendo una acción de
amor subversiva, y tiene un gran significado, pues provoca
una compleja serie de reacciones químicas que potencian
los sentimientos románticos y hacen que los actos físicos,
como las relaciones sexuales, sean mucho más
significativos e íntimos. El beso es, en pocas palabras, un
“elixir” embriagador.
surgido al mismo tiempo como un acto de amor y de desafío
contra las costumbres anquilosadas del cortejo, tal y como
insinúa la historia de Paolo y Francesca. Desde esa época,
besar se ha convertido en la acción romántica por
excelencia. ¿Hay algo más romántico que dos personas
abrazándose, mirándose a los ojos y, como colofón de ese
momento romántico, besándose en los labios? En ese
instante, el beso transporta a los amantes a otro nivel de la
existencia, muy por encima de lo mundano. Solo cuando el
romance concluye, el poder del beso se desvanece. Como
vivimos en una aldea global, el beso se ha extendido por
todo el mundo, haciéndose un hueco en tradiciones y tipos
de cortejo por doquier. El beso sigue siendo una acción de
amor subversiva, y tiene un gran significado, pues provoca
una compleja serie de reacciones químicas que potencian
los sentimientos románticos y hacen que los actos físicos,
como las relaciones sexuales, sean mucho más
significativos e íntimos. El beso es, en pocas palabras, un
“elixir” embriagador.
A fin de cuentas, el romance es un ideal, una parte de la
forma en que fantaseamos sobre el mundo. Todos desean
vivir una gran historia de amor, aunque puede que nunca
llegue. El beso concierne a lo ideal, no a lo real. Durante
unos instantes, suspende la realidad y el mundo se vuelve
perfecto. Cuando funciona, hace añicos lo cotidiano, nos
olvidamos de las banalidades que constituyen el día a día.
Celebrémoslo siempre y confiemos en que nunca
desaparezca.
forma en que fantaseamos sobre el mundo. Todos desean
vivir una gran historia de amor, aunque puede que nunca
llegue. El beso concierne a lo ideal, no a lo real. Durante
unos instantes, suspende la realidad y el mundo se vuelve
perfecto. Cuando funciona, hace añicos lo cotidiano, nos
olvidamos de las banalidades que constituyen el día a día.
Celebrémoslo siempre y confiemos en que nunca
desaparezca.
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