Mis Palabras
Como quisiera que mis palabras
fueran mágicas y que al pronunciarlas
fueran como un conjuro que obrara
maravillas.
Que borrara, por ejemplo, esa tristeza
de tu rostro, que restituyeran todas tus
ilusiones perdidas durante el camino.
Que sanaran todos los arañazos de
tu corazón, que las garras de la ingratitud
y la desilusión le han dejado marcados.
Que restablecieran tu valor, menguado
por las cotidianas batallas por preservar
tu fe y tu autosuficiencia interior.
Que fueran como caricias y risas
de tus ya lejanos niños, honestas
cariñosas y completamente sanas.
Como deseo que mis palabras
fueran como la mejor canción de amor
que tus oídos hayan escuchado y se
hiciera tu favorita, pues esta seria
la historia de tu vida.
Que fueran como el eco de los recuerdos
de tus mejores momentos, y que trajeran
a tu memoria, besos, rostros y te quieros,
que tu alma guarda como tesoros.
Que el sonido de ellas, fueran como pañuelos
que enjugaran tus lagrimas y que después
un espeso velo del olvido cayera sobre la
causa de ellas.
Como amaría que mis palabras fueran
como promesas cumplidas, para que
gozaras de la sensación que da con su
presencia el Creador.
!Y fueras feliz eternamente!
!Pero, lástima!
Mis palabras son solo palabras,
palabras sentidas, palabras amorosas,
palabras de fe, palabras buenas y
fraternales, palabras dulces y
armoniosas.
Así que no les prestes tus oídos
para escucharlas, no las comprenderías,
déjalas llegar y sentirlas, entonces
te darás cuentas.
Que solo tu interior las comprenderá,
porque es el idioma que maneja...
!Mi corazón hacia tu propio corazón!
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