martes, 17 de mayo de 2016

UN SORPRENDENTE HALLAZGO PARA LA HISTORIA.

Un tesoro Romano bajo las aguas de 

Israel rescatado por submarinistas aficionados






Los espectaculares y sorprendentemente bien conservados 

restos de un gran mercante que transportaba metales hace 

1600 años han provocado la sorpresa incluso los veteranos 

expertos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI). El 

director de la Unidad Marina de este organismo, Jacob 

Sharvit, considera que "es un hallazgo muy emocionante e 

importante. Más allá de su extraordinaria belleza, tiene un 

significado histórico. La ubicación y distribución de los 

hallazgos en el fondo del mar indican que un gran buque 

transportaba una carga de metales para su 

reciclaje".El buceo de dos submarinistas aficionados en las 

aguas del puerto antiguo de Cesárea ha desembocado de 

forma inesperada en el mayor hallazgo marítimo de las 

últimas tres décadas en Israel."Desde hace un año, suelo 

hacer submarinismo cada dos 






semanas en Cesárea. ¿Por qué lo hallamos ahora? Se cree que 

debido al gran movimiento de arenas en los últimos meses 

por las tormentas", dice a EL MUNDO uno de ellos, Ofer 

Raanan, aún sorprendido por haber tocado con sus manos 

vestigios del período tardorromano.

Según afirma, el barco fue sorprendido por una gran 

tormenta en la entrada del puerto dejándose llevar hasta 

chocar contra el dique y las rocas.


¿Qué se ha hallado?



El inventario es tan antiguo como largo y excepcional: una

vela y estatuillas fundidas en bronce, miles de monedas de la 

época guardadas en dos bolsas, estampas del dios Sol y diosa 

Luna, una lámpara con la cabeza de un esclavo africano, 

fragmentos de grandes jarras destinadas a llevar agua potable 

a la tripulación del barco, la figura del dios del Vino, objetos 

diseñados en forma de animales como por ejemplo una 

ballena o un jabalí, etc.


De forma fortuita y gracias a los submarinistas israelíes 

aficionados Raanan y Ran Feinstein en abril. "Tras verlo nos 

quedamos de piedra. No nos creíamos lo que veíamos", nos 

cuenta Raanan satisfecho más que nunca de su afición por el 

submarinismo. Tras localizar el viejo tesoro en su 

sesión de buceo y nada más salir del agua, 

informaron a la Unidad Marina de AAI que se puso 

manos a la obra con una búsqueda más amplia y profesional 

ayudada por equipos tecnológicos avanzados.¿Cómo se ha 

hallado?

La carga del barco es hallada un año después del 

descubrimiento de 2000 monedas de oro del califato fatimí 

de hace mil años. También en aquella ocasión de forma 

casual por buzos israelíes en el puerto antiguo del Parque 

Nacional de Cesárea.



Descubrimiento en Israel //AFP


"En los trabajos realizados en los últimos años en Cesárea se 

han hallado estatuas de bronce aisladas, pero nada se puede 

comparar con el espectacular y gran tesoro de estas estatuas 

que al parecer estaban en la ciudad y fueron extraídas a 

través del mar", añade Sharvit sobre un caudal arqueológico 

conservado gracias a la arena del fondo marino: "Su estado es 

increíble. Parece que los objetos fueron creados ayer y no 

hace 1600 años en el periodo tardorromano".

"Desde hace 30 años, no se ha encontrado un conjunto de 

objetos arqueológico marítimo como éste. Las esculturas 

de metal son excepcionales".

Reflejo de una época

El vicedirector, Dror Planer, apunta que "la cantidad y 

variedad de objetos hallados nos muestran el importante 

volumen del comercio marítimo y el estatus del puerto de 

Cesárea en esa época conocida por su estabilidad económica y 

comercial gracias al estable Imperio Romano de esos años". 

Según él, "las personas que iban en esa embarcación 

naufragada vivieron una época fascinante que influyó 

enormemente en la humanidad".


Destaca también el descubrimiento de miles de monedas 

de 20 kilogramos de pesoescondidas en dos bolsas de una 

vasija del barco. Monedas muy bien conservadas y que tienen 

incrustadas las imágenes del emperador Constantino que 

reinó primero en la parte occidental y luego en todo el 

imperio romano hasta su muerte en 337, y de Licinio, su rival 

que reinó en la parte oriental hasta su derrota en el 324.




Según explica, se intentó evitar el naufragio del barco con el 

uso de anclajes. Pero fue un esfuerzo estéril ante la enorme 

fuerza de las olas y el viento.

Mientras los dos submarinistas afortunados recibirán un 

diploma de reconocimiento de AAI, los responsables del 

puerto de Cesárea no ocultan su orgullo y satisfacción. Su 

objetivo es exhibir gran parte de los hallazgos ante los 

visitantes que llegan a esta tranquila y pudiente villa israelí 

construida en el siglo I (A.C) por el rey de Judea, Herodes.


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