domingo, 23 de julio de 2017

EL AMOR IMPOSIBLE DEL HÉROE JOSÉ MARTÍ






El amor imposible entre un poeta 

y una adolescente que inspiró la 

canción más triste de toda 

América Latina









Por alguna extraña razón, los neutrones no le 

importan a nadie, mucho menos cuando son 

estrellas. Más allá de la comunidad científica,

nadie sabe que la colisión a gran escala entre 

estas partículas dan lugar a un agujero negro. 



Esa región monumental del espacio que todo 

lo consume, tal y como sucede con los hombres 

y mujeres al enamorarse: una suma de cuerpos 

devorándose lentamente, estrellas de carne 

y hueso.



José Martí se enamoró cuando era muy tarde, 

pues estaba comprometido con otra mujer.

 Político republicano, escritor, periodista 


dedicó su vida a defender la soberanía de 

Cuba como parte del continente americano.



 Desarrolló géneros literarios tales como la 

poesía, el ensayo y el artículo de opinión 

en diversas publicaciones impresas. Gracias a su 

obra literaria, se le conoce como uno de los de

 los precursores del modernismo.



Entre su vasta producción literaria, destaca la

 historia de amor detrás de uno de sus poemas más

 conocidos a nivel mundial. “La Niña de Guatemala”,

 texto en el que plasmó el idilio que vivió cuando ya
estaba comprometido con una mujer que 

no amaba



Una historia forjada por lágrimas, cartas sin

 entregar y versos de amor, pequeños agujeros 

negros consumiéndolo sin tregua.









Cuando José Martí conoció a María García 

Granados supo que la amaría hasta el último

 minuto de su existencia. Él tenía 24 años y 

había llegado a Guatemala luego de haber 

realizado una breve escala en la Ciudad de 

México, donde se decepcionó del estricto 

gobierno de Porfirio Díaz. Ella tenía sólo 16 

y era alumna de la Academia de Niñas de 

Centroamérica. Su alumna.




Atraído por la sencillez de sus pobladores, 

el pasado prehispánico y las discusiones 

académicas con sus alumnos, el poeta comienza

 a redactar el texto que años más tarde 

titularía “Versos Libres”.






Poco a poco, José Martí asiste a las tertulias 

familiares de los García Granados y es cada vez

 mejor recibido gracias a ser considerado por el padre, 

Miguel García Granados, un joven con excelentes

 modales y una inteligencia privilegiada. Es así 

como pasa las tardes en compañía de María, 

una bellísima joven de ojos grandes con quien 

entabla más que una amistad, pero que no llega a 

convertirse en nada más porque Martí ya estaba 

comprometido con la cubana Carmen 

Zayas Bazán.



Ese mismo año, en 1877, Martí volvió a Cuba 

para casarse con Carmen, pero con el corazón 

puesto en los ojos de María, a quien le escribe 

en secreto el primero de tres poemas conocidos

 por las personas más allegadas a él.



“Terrestre enfermo, que a solas llora

el furor de los hombres, la extrañeza

siento una luz que me parece estrella,

oigo una voz que suena a melodía

y alzarse miro a una gentil doncella

tan púdica, tan bella

¡que se llama María!”



Entre ellos sólo había ocho años de diferencia 

y un abismo de convenciones sociales. 

Un año después, en 1878, Martí y su esposa 

Carmen regresan a Guatemala. Sin embargo, su 

llegada causa el revuelo de María quien,
 
sin apartarlo de su memoria, de inmediato

 le envía un mensaje:



Hace seis días que llegaste a Guatemala y no has 
venido a verme. ¿Por qué eludes tu visita? Yo no 
tengo resentimiento contigo porque tú siempre me 
hablaste con sinceridad respecto a tu situación moral
 de compromiso de matrimonio con la señorita Zayas
 Bazán. Te suplico que vengas pronto, Tu niña."






José Martí no acude a la visita. Comprometido 

como está y fiel a sus principios, decide no alentar 

un fuego en el que no puede consumirse e ignora el 

mensaje. María no lo soporta. Humillada, herida en
 
su orgullo y con el corazón hecho añicos la joven 

se suicida ahogándose en el mar. María tiene 

17 años.




Al enterarse de la noticia, José Martí acudió a su 

funeral; llegó muy tarde. Algunos años después, 

el cubano inmortaliza la historia de su romance

 imposible en el poema número IX de su texto

 “Versos perdidos”. Corre el año de 1891 y bajo el 

pulso del poeta cubano, comienzan las líneas 

de una historia preservada contra el pronóstico 

del olvido, que se convirtió en canción y es 

reconocida por su tristeza en toda

 América Latina:



"Quiero a la sombra de un ala 

contar este cuento en flor

la niña de Guatemala

la que se murió de amor"







Todas las historias de amor son agujeros negros 

de distinto tamaño. Cada una con sus particularidades,

 victorias y fracasos. Sin embargo, los romances 

constituyen el polvo del que están conformados

 los hombres y las mujeres que se aproximan 

o distancia con la velocidad, tan sólo, de un amor

 no correspondido. No cabe duda que...


El universo cabe en una poesía!!.







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