El 1% que escoge morir
La ley belga define la eutanasia como "un acto realizado por un tercero, que intencionalmente
termina la vida de una persona por el requerimiento de esa misma persona".
Esa persona tiene que pedirlo por voluntad propia, sin ser forzada. Y no tiene que tener una
enfermedad terminal, ese supuesto no está previsto en la ley, explica Jacqueline Herremans,
miembro del Comité Federal de Evaluación y Control de la Eutanasia de Bélgica.
En esta nación de 11 millones de habitantes, los suicidios legales subieron un 25% en 2012, a
1.432 –los últimos números disponibles-, aunque la eutanasia solo representa el 1% de sus
fallecimientos anuales, según Herremans.
Casi el 80% de los casos se aplica a enfermos de cáncer y las edades más frecuentes
oscilan van de los 40 a los 79 años.
Eutanasia en Europa
Sólo en tres de los 28 países miembros de la Unión Europea aplican la eutanasia activa
directa, como se le llama a este tipo de muerte asistida, dice a BBC Mundo Miguel Ángel
Núñez, profesor de derecho penal de la Universidad de Huelva y experto en este tema.
"La moral católica sigue perseverando en luchar contra no solo la eutanasia sino el suicidio
asistido en general. Holanda ha sido más aperturista en los temas sociales. Los tres
sistemas del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) son sistemas muy parejos y
sensibilidades muy parecidas", cuestiona el profesor.
Las formas pasivas de eutanasia y sus matices, como el rechazo a un tratamiento o la
desconexión de un respirador no generan tanto debate, explica Núñez.
"Es un tema político general. Probablemente sea el miedo a dar el paso en un tema que
genera tanta controversia y que implica especialmente a los médicos, porque si legislas estás
obligando a determinado personal sanitario a tener que intervenir en una actuación de ese
tipo. Es tremendamente difícil conseguir unanimidad en un tema de este tipo", arguye.
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