El falso sueño de muchas mujeres
Engaños, humillaciones y violencia marcan la vida de miles
de dominicanas que, empujadas por la miseria, deciden
emprender un incierto viaje al extranjero atrapadas en las
redes de trata y tráfico de personas de las que, en la
mayoría de veces, solo logran salir muertas.
La realidad de la dramática situación que atraviesan las
dominicanas víctimas de la explotación sexual y comercial
en el mundo es “compleja” porque no depende de su
voluntad, sino que es consecuencia de la pobreza que
padecen en la nación y de factores más globales, como las
informaciones que llegan del exterior y la facilidad con la
que actúan las redes.
Las dominicanas están involucradas en el comercio sexual en
al menos 66 países y territorios del mundo, algunos tan
cercanos a la nación caribeña como los vecinos Haití y
Puerto Rico, pero otros tan lejanos como Australia o el
Líbano, sinembargo, Europa sigue siendo el destino por
excelencia.
Estas mujeres viajan ilusionadas “con la percepción de que
alcanzarán el éxito, de que van a enviar dinero”, y por eso
las familias se involucran en el proyecto, las ayudan a
conseguirlos recursos para el viaje, ya sea hipotecando
casas, vendiendo propiedades o buscando dinero prestado.
Sin embargo, una vez en el exterior, se topan con alguien
que les exige entregar el dinero y los documentos de viaje.
A partir de ahí empieza un verdadero calvario, desde todo
tipo de vejaciones hasta asesinatos, además, de estar
expuestas a drogas, alcohol y riesgos de enfermedades de
transmisión sexual, entre otras enfermedades.
La trata de personas es una vergüenza para la humanidad,
porque no es algo que se hace porque alguien quiere, es
una red que tiene poder, que atraviesa instancias publicas,
incluso las de fronteras.

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