domingo, 15 de diciembre de 2013

LAS MUJERES DE LOS HOMBRES MAS CRUELES DE LA HISTORIA...HITLER, STALIN Y MUSSOLINI

de la historia



Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia

                                                                              El dictador ruso Joseph Stalin

La madre de Stalin



Los historiadores están de acuerdo. Ekaterina, la madre 

de Stalin, tenía un carácter muy fuerte. Junto con la 

agresividad y las borracheras de su marido formaba un cóctel 

explosivo que, frecuentemente, estallaba a golpes. Afianzada

 en su religión, llevó a su hijo al seminario, del que fue 

expulsado cinco años más tarde por sus actividades 

revolucionarias. Señales ya, de acuerdo con «Dictadoras» 

(Lumen), de un carácter heredado de su madre: 

«Fanatismo extremo, destacada inteligencia natural y, 

sobre todo, elevada predisposición a la violencia».


Nadia, la mujer de Stalin



Así era Nadezhda Alliluyeva, la segunda mujer de Stalin

 él amó de verdad alguna vez. Y fue la única persona que

 le podía contradecir, que velaba por su propia dignidad», 

afirma en el nuevo libro basado en el programa de televisión 

homónimo de Rosa Montero la especialista Olga Romanovna.


Amante también de su madre, Stalin le savó la vida 
cuando era tan sólo una niña. Sin embargo, cuando sus 
destinos volvieron a cruzarse, Nadia no tuvo tanta suerte. Se 
casaron en 1919 y se trasladaron a vivir al 
Kremlin.Estudiosa (no se resignaba al relegado papel que 
le guardaba su esposo),bondadosa y austera, sufría 
constantes humillaciones y maltratos, sobre todo cuando
 Stalin se emborrachaba. De hecho, uno de esos capítulos 
supuso su trágico final.

En una fiesta de 1932 ella, contraria a sus costumbres, se 
arregló con esmero. Sin embargo, Stalin no paró ni de beber 
ni de coquetear con la bella actriz Galia Zekrovskaya. Cuando
 el dictador propuso un brindis, ella no le siguió. Stalin le
 espetó: «Eh, tú, brinda». «A mí no me llames ‘‘Eh tú’’», 
respondió ella. Tras estas palabras, Nadia abandonó la fiesta. 
Se dirigió al palacio Poteshny y se pegó un tiro en el 
pecho. Cuando Stalin se enteró, se sumió en una de sus 
profundas depresiones.

Svetlana, la hija de Stalin



Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia




Svetlana Stalina fue la única hija de Stalin. A pesar de que 
había muchísima diferencia entre el horrible trato que le 
profesaba a sus hermanos y el cariño que, en ocasiones, le 
demostraba a ella, Svetlana afirmaba que su padre le había
 arruinado la vida. Como se narra en «Dictadoras», su 
infancia estuvo marcada por la dura represión que
 ejerció su padre contra su familia más cercana.

«¿Por qué iba quedando vacía nuestra casa? ¿Adónde se 
habían metido todos?», relata trágicamente en su libro 
«Rusia, mi padre y yo» Svetlana Stalina. Su ajetreada vida
 amorosa (se casó en cuatro ocasiones) iba a la par que 
su trayectoria vital: se convirtió al catolicismo, emigró a
 Estados Unidos, vivió en Gran Bretaña durante dos años en
 la década de los 80, regresó a Rusia, aunque solo 
permaneció allí un año, y después regresó a EE.UU., 

La madre de Hitler


Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia
El dictador alemán Adolf Hitler




Adolf Hitler fue criado entre algodones. Su madre había 
sufrido la pérdida de sus hermanos (solo sobrevivieron él y 
una hermana) y trató al dictador con excesiva protección. El 
resultado: un niño excesivamente mimado y un mal 
estudiante.
Curioso dato revela el libro publicado por Lumen: este hecho 
marcaría la relación de Hitler con el género femenino. 
Ejercía sobre ellas una increíble fascinación y se
 dedicaron a amarle, a pulirle los modales, a financiarle y a 
darle sus votos. Él les respondía con una profundas 
misoginia y una convicción de mantenerse supuestamente
 célibe para la Patria: «Muchas mujeres se me arriman 
porque soy soltero. Eso fue especialmente importante en los 
tiempos de lucha. Es como el caso de un actor de cine:
cuando se casa, pierde para las mujeres que le adoran ese
 cierto atractivo y deja de ser su ídolo».

«Fue Clareta Petacci la amante total, la que más tiempo y

 más agusto estaba con él, la que lo siguió hasta la muerte», 

relatan en «Dictadoras». Treinta años más joven que él, se 

enamoró del Duce a los catorce años y actuó como total 

aduladora de su líder. Tanto que rehusó la huida y se 

quedó junto a Mussolini hasta el fin.



Su sobrina Geli


Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia
Geli Raubal junto a Hitler




La relación con su medio sobrina revela el gusto por las 

jovencitas de Hitler. «Él estaba enamorado de Geli 

Raubal, pero a su modo: quería, a la vez, poseerla y 

mantanerla a distancia. Ella era el adorno de su casa y las 

delicias de sus horas de ocio: su compañera y su prisionera», 

afirma Robert Payne, autor de «Vida y muerte de Adolf 

Hitler». Calificada como bonita y divertida, siempre había 

alguien del partido que la vigilaba y su casa se acabó



convirtiendo en una cárcel. «Dictadoras» narra su trágico 

final, después de una acalorada discusión con el dictador en 

1931: «Esa noche, Geli dijo que tenía dolor de cabeza y se

 retiró temprando. En la habitación tomó la pistola de su tío, 

una pequeña Walther 635, la envolvió en una toalla y se

 pegó un tiro en el corazón». Sin embargo, el disparo no le

 produjo la muerte y falleció tras largas horas de agonía.


Magda Göbbels, primera dama del Tercer Reich


Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia
Magda y Joseph Göbbels el día de su boda. Detrás se aprecia a Hitler, que fue el padrino





Siempre se ha dicho que Hitler estaba enamorado de 

Magda, la mujer de Joseph, su ministro de propaganda. Y, 

como el dictador no estaba casado, jugó un papel oficial, el 

de primera dama del Tercer Reich. En «Dictadoras» 

explican la extraña relación que hubo entre ambos: «Para el 

Führer pudo haber sido una musa, una hermana, y el 

lugar de ambos, un lugar adonde ir. A Hitler le encantaba la

 comida en casa de los Göbbels y la compañía del 

matrimonio y sus hijos». Tuvieron seis vástagos y a todos 

ellos los asesinó antes de suicidarse junto a 

su marido en el búnker en el que pasaron sus últimos días 

junto al dictador.


Siempre se ha dicho que Hitler estaba enamorado de 

Magda, la mujer de Joseph, su ministro de propaganda. Y,

 como el dictador no estaba casado, jugó un papel oficial, el 

de primera dama del Tercer Reich. En «Dictadoras» 

explican la extraña relación que hubo entre ambos: «Para el 

Führer pudo haber sido una musa, una hermana, y el 

lugar de ambos, un lugar adonde ir. A Hitler le encantaba la 

comida en casa de los Göbbels y la compañía del matrimonio

 y sus hijos». Tuvieron seis vástagos y a todos ellos 

los asesinó antes de suicidarse junto a su marido en el 

búnker en el que pasaron sus últimos días junto al dictador.



Siempre se ha dicho que Hitler estaba enamorado de

 Magda, la mujer de Joseph, su ministro de propaganda. Y, 

como el dictador no estaba casado, jugó un papel oficial, el

 de primera dama del Tercer Reich. En «Dictadoras»

 explican la extraña relación que hubo entre ambos: «Para el 

Führer pudo haber sido una musa, una hermana, y el 

lugar de ambos, un lugar adonde ir. A Hitler le encantaba la 

comida en casa de los Göbbels y la compañía del matrimonio

 y sus hijos». Tuvieron seis vástagos y a todos ellos 

los asesinó antes de suicidarse junto a su marido en el 

búnker en el que pasaron sus últimos días junto al dictador.



Eva Braun



Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia



Eva Braun comenzó su relación con Hitler cuando ella 

teníaveinte años y él, cuarenta y tres. Al igual que con 

su sobrina Geli, mantuvo a Eva semi recluida. Esa 

postergación le costó a Eva dos intentos de suicidio. Sin 

embargo, cuando comenzó el ocaso del Tercer Reich. El 

dictador comenzó a abrir la mano y permitió que ella

 ocupara un papel más protagonista. Incluso comenzó a 

ejercer de «laseñora de la casa en Berghof, lugar de descanso

 y segunda residencia gubernamental de Hitler. Todos los 

que la conocieron en esa etapa aseguraron que era 

muy buena  administradora de la casa, amable y 

organizada, y que, cuando ella estaba, se comía bien», se 

afirma en Dictadoras». Esa progresiva apertura en la 

relación acabó en boda pocos días antes del suicidio de 

ambos.




Mussolini: Rachele Guidi


Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia
El dictador italiano Benito Mussolini posa con su mujer, Rachele, y sus cinco hijos



El dictador italiano intimó con un incontable número de 

mujeres. Pero sólo se casó dos veces. Rachele Guidi fue su 

segunda esposa. En «Dictadoras» la describen: «Doña 

Rachele tenía un carácter prosaicamente práctico, 

discutidor, severo y autoritario, a veces más que el marido. 

Era una mujer dura y difícil, que se opuso a todo tipo de 

clemencia para el yerno Ciano, ‘el traidor’ casado con su hija 

Edda, cuando fue condenado a muerte. Edda decía: ‘El 

verdadero dictador de la familia es mi madre’.




Las hijas de Mussolini


Fui capaz de someter a Italia, pero nunca podré someter a

 mi hija», decía el Duce. Ella era Edda, su preferida, que 

apoyó la política de su padre, pero su carácter indomable y 

su energía la llevaron a ser de las primeras italianas en llevar 

pantalones y bikini. Se caso con Gian Galeazzo Ciano, quien 

votó contra Mussolini en 1943 en el gran Consejo del 

Fascismo. Fue condenado a muerte por ello. Los intentos de

 salvarlo de Edda fueron infructuosos. En cuanto a su hija 

menor, Ana Maria Mussolini: «a los siete años sufrió una 

poliomelitis vírica que le causó problemas toda la vida y 

provocó depresiones en el padre, que casi lo llevan a dejar el 

poder. Tras la ejecución de éste, el Comité de Liberación 

Nacional la detuvo y desterró a la isla de Ischia con su madre

 y un hermano».


Clara Petacci



Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia
Clara Petacci, amante del dictador italiano Benito Mussolini




«Fue Clareta Petacci la amante total, la que más tiempo y 

más agusto estaba con él, la que lo siguió hasta la muerte», 

relatan en «Dictadoras». Treinta años más joven que él, se 

enamoró del Duce a los catorce años y actuó como total

 aduladora de su líder. Tanto que rehusó la huida y se 

quedó junto a Mussolini hasta el fin.


ABC. es

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