lunes, 7 de abril de 2014

CHILE, PREPARADA PARA SISMOS

 
El secreto de las construcciones antisísmicas de
 
 Chile
 
 

Iquique

              La baja incidencia de la autoconstrucción es un elemento clave en los pocos derrumbes.
 
 
El norte de Chile se remeció este martes con un fuerte
 
terremoto y, sin embargo, la destrucción que produjo en la
 
infraestructura fue bastante menor en relación a su magnitud:
 
8,2 grados en la escala de Richter.
 
 
Las imágenes del palacio presidencial de Haití desplomado

después del terremoto de 2012 o, más atrás, de Ciudad de

México hecha ruinas en 1985 llevan a preguntarse cómo es

posible que en Chile eso no ocurra cuando vive sismos más

fuertes. O al menos no en esas proporciones.



La respuesta de los expertos consultores es clara: hormigón

armado, disipadores de energía y estudios de suelo exigidos por

una normativa muy estricta, que con muy pocas excepciones

suele cumplirse.



En el "país más sísmico del mundo" rara vez se desploma un

edificio.

En el terremoto del martes murieron seis personas, solo una

por aplastamiento.



Y en el fuerte sismo de 2010, en el que perdieron la vida más de

500 personas, la mayoría de las muertes fueron causadas por el

tsunami que le siguió.



En Alto Hospicio, una de las localidades más afectadas por el

sismo del martes, el municipio estima que unas 2.000 viviendas

presentan daños estructurales de distinta gravedad. Al menos

un 60% son viviendas sociales, cita el diario chileno La

Tercera.



"La norma asegura que en Chile las estructuras mantengan

una resistencia tal que permitan salvar vidas humanas, pero no

obliga a que no sufran daños", dice el arquitecto Jaime Díaz,

profesor de la Universidad de Chile.




                                                    El terremoto de 2012 derribó el palacio presidencial de Haití.




¿Cómo se hace?


Las normas de construcción son fundamentales. Exigen uso de

materiales y estudios que encarecen mucho la construcción, y

aun así, como se demuestra sismo tras sismo, parecen

respetarse.



"Es impensable construir, por lo menos en zonas urbanas, sin

atender al cuerpo normativo legal",  dice  el presidente del

Colegio de Arquitectos de Chile, Sebastián Gray.



"Chile ha sufrido terremotos tan devastadores que también eso,

de alguna manera, impacta en la conciencia colectiva en el

sentido de que más vale cumplir ciertas normas", agrega.



Los expertos coinciden en que una clave está en la estructura de

hormigón armado y acero, suficientemente flexible y resistente

para dejar que el edificio se mueva, se balancee y no se caiga.



El arquitecto Díaz explica que las construcciones modernas,

además tienden "a incorporar elementos como los aisladores y

los disipadores sísmicos que permiten que el movimiento de la

tierra no se transmita al edificio y, si se transmite, que esa

energía sea absorbida".



"En el fondo, el terremoto es una cantidad enorme de energía

que se traspasa a las construcciones. Si no tiene modo de ser

disipada, termina destruyendo todas las estructuras".



Otro elemento crucial es el estudio del suelo para que los

cimientos sean los adecuados. "A cada tipo de suelo

corresponde un cálculo específico para el tamaño, forma,

profundidad y resistencia de las fundaciones".



"Es un análisis muy especializado que garantiza la estabilidad

del edificio".





                                En Arica, en la frontera con Perú, se cayeron algunas viviendas.



Iquique


Las normas chilenas prevén tres tipos de terremotos en función

de su intensidad.



Para los "moderados", las construcciones deben estar

preparadas para moverse y volver a la posición original sin

daños. En los "fuertes", como el del martes, se aceptan

pequeñas fisuras y deformaciones, a lo sumo.



Finalmente está el terremoto "severo", como el de 2010, el

quinto terremoto más fuerte del que se tiene registro, que

aunque hará daños de consideración que tal vez no se pueda

reparar, no causará un colapso.



Iquique
                                                    En Iquique, más del 70% de los pescadores resultaron afectados.



Los peores de los últimos años fueron el del Chillán de 1939

(grado 8,2), que dejó más de 5.000 muertos; el de Valdivia de

1960, con magnitud 9,5, el más potente registrado en la historia

y que dejó casi 2.000 muertos; el de Algarrobo de 1985 (7,8)

cuyo balance de víctimas fue 180. Y el de 2010, de magnitud 8,8

dejó más de 500 fallecidos.



A la lista hay que añadir el del martes, que se sintió con gran

intensidad en la ciudad Iquique, donde la arquitecta Godeliver

Arriagada, encargada regional de planificación para el

ministerio de Vivienda y Urbanismo,  confirmó

que "no se desplomó ningún edificio".



Según Arriagada, después de una revisión preliminar de los

daños y antes de las inspecciones en profundidad que requiere

el caso, hay algunos edificios con su estructura afectada pero

son de construcción anterior a 1985.



"Hay que salir a inspeccionar y ver el resultado, pero diría que

el 98% de las construcciones en Iquique están paradas y están

bien (…). Lo que hay que ver es el interior, como Alto Hospicio,

que no sabemos qué pasó porque la carretera está cortada".





Iquique
                                                   En Iquique la gran mayoría de los edificios aguantó sin daños.



Aprender de cada terremoto


Arriagada explica que la normativa sísmica es revisada

constantemente, en especial después de un gran evento. El

terremoto de 1985 llevó a publicar una estricta regulación que

fue puesta al día y profundizada en 1996, 2009 y también en

2010.



El ingeniero Ricardo Guendelman, experto en análisis sísmico

de edificios, explica que tras cada terremoto se estudia lo que

no ha funcionado y lo que requiere mejoras.



"Si un edificio se dañó de consideración y al de al lado no le

pasó nada, es porque algo falló", comenta. "Cumple la

normativa en el sentido de no haberse caído, pero un perito

debe determinar por qué se dañó, si es que estaba mal

calculado".


En concreto, en 2010, "todo lo que mostró algún tipo de falla, se

estudió través de juntas de ingenieros, mecánicos del suelo y

toda la gente relacionada con la construcción", afirma

Guendelman.




Con todo, los expertos se muestran confiados en que las más

modernas construcciones de Chile están preparadas para

resistir lo que pueda venir, salvo que se trate de un cataclismo

de magnitud superior a 9 y mucha intensidad por la cercanía.



Eso deja a Chile como un país construido a prueba de

terremotos y hace preguntarse por qué en todo el mundo no es

igual. Para responder, un indicio: es muy caro.



BBC.-
 

 

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