domingo, 20 de julio de 2014

DIEZ TRUCOS DE RESTAURANTES....


Diez trucos psicológicos que usan los restaurantes para cobrarte más





Estudios del marketing y de la psicología del consumo han 
investigado en profundidad las prácticas  dirigidas a 
incrementar las ventas en el sector de la hostelería. De las 
conclusiones de dichas investigaciones, la especialista en 
información sobre bienestar y estilos de vida Maggie 
Zhang ha elaborado la siguiente lista de los trucos que usan 
los restaurantes para procurar que los comensales se 
gasten lo máximo posible.

Están van desde el diseño del menú, desde su tamaño y 
formato, la disposición de los platos, los comentarios, la 
forma de colocar o escribir los precios.


1. Tener música ambiente, preferiblemente clásica.

 Según una investigación de la Universidad de Leicester, los 
restaurantes con música ambiente facturan más, siempre y 
cuando sepan elegir el estilo. De hecho, los que más ganan 
son los que ponen música clásica, pues hace que el 
comensal se sienta más pudiente y con la obligación de 
hacer un dispendio mayor, mientras que si se trata 
de música pop las ventas pueden llegar a disminuir hasta un 
10%.




2. Describir los platos al máximo, en lugar de poner sólo
 el nombre.

 “Hamburguesa de buey con frutos rojos, paté de hígado de 
cerdo ibérico, tomates maduros de huerta ecológica, rulos 
de queso de cabra con corteza enmohecida, aros de cebolla 
caramelizada y canónigos y rúcula fresca”. Esto es, una 
“hamburguesa completa”, sí, pero mucho más atractiva y 
justificadamente más cara. Es más, cuanto más se 
describan los productos que acompañan un plato, más 
dispuestos estaremos a pagar por él, de acuerdo con 
esta investigación de la Universidad de Illinois.


El periódico El Confidencial agrega que según los cálculos 
del estudio, los restaurantes que incluyen en la carta largos 
comentarios a los platos tienen un 27% más de ventas que 
aquellos que simplemente ponen su nombre. Asimismo, los 
comensales suelen quedarse más satisfechos porque 
están más predispuestos a que les guste el platoen cuestión 
debido a todos los “adornos” lingüísticos que despiertan su 
apetito.





3. Poner nombres propios a los platos. 

A los clientes les atraen más los nombres de los platos con 
connotaciones familiares y caseras. Es decir, “las rosquillas 
de la abuela Carmen”, las “manzanas asadas al horno al 
estilo tradicional” o las “filloas de la tía Manuela” son 
nombres que generan confianza y que nos harán más 
propensos a buscarle un hueco al postre, por muy llenos que 
nos hayamos quedado. Jugar con las emociones, y 
provocar que la memoria asocie ciertos platos de la carta 
con la especialidad de algún familiar querido, es una 
estrategia de marketing que no suele fallar.

4.Buscar la autenticidad recurriendo a indicaciones 
geográficas.


 A los clientes les atraen más los nombres de los platos con 
la etiqueta de casero o tradicional, principalmente los 
postres, donde más se inflan los precios




Añadir la procedencia del alimento al nombre del plato es 
otro de los trucos recurrentes para resaltar su supuesta 
calidad y, por tanto, vender más y más caro. Las 
indicaciones geográficas o denominaciones de origen tienen 
sus propias campañas promocionales, por lo que el 
hostelero siempre puede subirse al carro aprovechándose 
de esta suerte de publicidad gratuita. Una forma de llamar la 
atención sobre un plato que también genera en el comensal 
la sensación de que está consumiendo un producto de 
buena calidad.


5. Acompañar los platos estrella con una fotografía.

 Destacar visualmente los mejores platos ofertados, 
generalmente los de mayor precio, genera la sensación en el 
comensal de que se trata de algo más especial, según 
concluyó un estudio llevado a cabo por la Association for 
Consumer Research. Esta estrategia no vale para todo tipo 
de restaurantes, pues, por ejemplo, en un establecimiento 
con cierta consideración, las fotografías u otras formas de 
resaltar ciertos platos en la carta puede interpretarse como 
algo de mal gusto.

6.Utilizar el señuelo de los mariscos.

 Poner en la carta platos muy caros, con unos precios que 
tripliquen los de la media de la carta, sirve como señuelo, 
pues invita a compararlos con el resto y tener la percepción 
de que estos son más baratos de lo que realmente son. 
Aunque quizá nunca se sirvan estos “platos señuelo”, se 
utilizan para que el comensal piense que el precio medio del 
resto de la carta es razonable.




7. Situar los platos más rentables en la parte superior de 
la página impar

Los estudios sobre los patrones de lectura de una carta por 
parte de los comensales son muy numerosos. De acuerdo 
con ellos, los clientes suelencentrar su atención en la parte 
superior derecha, por lo que los restaurantes acostumbran a 
situar en este espacio los platos más rentables. Esto se 
explica por qué los comensales suelen recordar mejor los 
platos que están en esta posición, ya que les prestan más 
atención y tiempo de lectura.

8.Facilitar la elección con menús degustación. Este tipo 
de ofertas descargan a los comensales de la 
responsabilidad de elegir, lo que puede ser muy útil cuando 
se comparte mesa con alguien a quien no se le conocen 
demasiado sus gustos culinarios. Aunque normalmente los 
menús degustación ofrecen una cantidad razonable de 
comida, suelen serla opción más rentable para el hostelero.




9. No poner el símbolo del dinero.  

Una investigación de la Escuela de Hostelería de la 
Universidad de Cornell concluyó que los comensales que 
recibían cartas en las que el precio del plato no iba 
acompañado del símbolo de la moneda se gastaban más 
que el resto. El símbolo de la moneda hace que seamos 
más conscientes de los precios y se asocia con un 
sentimiento de ahorro.

La mejor forma de evitar el sentimiento de culpabilidad del 
cliente por el dispendio es ignorando el símbolo y 
escribiendo la cifra correspondiente en un tamaño menor al 
de la descripción del plato. Si las cantidades se escriben en 
letras, el comensal también gastará menos.

10. Establecer los precios en un múltiplo de cinco. 

Los expertos en el diseño de menús saben que los precios 
que terminan en 9, como por ejemplo el clásico 9,99, se 
asocian, inconscientemente, con productos de baja calidad. 
En cambio, los que terminan en múltiplos de cinco se 
perciben de manera más positiva, como concluyó un estudio 
del Food and Brand Lab de la Universidad de Cornell.


TEXTO periodico hoy.-

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