miércoles, 24 de febrero de 2016

SABIAS QUE LAS ANTIGUAS CIVILIZACIONES NO CONOCIAN EL COLOR AZUL??


Las civilizaciones  antiguas  y la 
ausencia del color azul



Las civilizaciones antiguas no  conocia  el color azul...

Se refería a la ausencia de este color en varias 

civilizaciones antiguas, William Gladstone  examinó en su investigación que el lenguaje afecta la manera en la que vemos el mundo.

El mundo de Homero parecía psicodélico: las ovejas 

eran vinotinto; la miel, verde; el cielo, a menudo, bronce.



En “La Odisea”, Homero describe el “mar de color vino 

oscuro”, una expresión que hoy nos resulta bastante extraña 

ya que utilizaríamos frases como “azul profundo”.



 William Ewart Gladstone (1809-1898) primer intelectual que sabemos que notó algo raro. fue tambien primer ministro británico cuatro veces, sino que también era un apasionado de la obra del poeta épico Homero.


A pesar de las maravillosas descripciones en “La Ilíada” y 

“La Odisea”, que incluían frases como “la aurora con sus 

sonrosados dedos”, en ningún momento pintaba algo de

 celeste, índigo o añil.

Gladstone repasó entonces todo el relato, pero fijándose 

especialmente en los colores mencionados.


Encontró que, mientras el blanco aparecía unas 100 veces 

y el negro casi 200, los otros colores no tenían un rol tan 

protagónico.





El rojo estaba mencionado menos de 15 veces, y el verde y 

amarillo, menos de 10.


Se puso entonces a leer otros textos de los antiguos griegos 

y confirmó que nunca aparecía el azul.


Gladstone concluyó que los griegos de la época no tenían el 

sentido del color desarrollado, y que vivían en un mundo 

en blanco y negro, con algunos destellos de rojo y 

brillos metálicos.



La pesquisa de Gladstone inspiró al filósofo y lingüista 

alemán Lazarus Geiger, quien se preguntó si el fenómeno 

se repetía en otras culturas.

Y sí: en el Corán, en antiguas historias chinas, en la versión 

antigua de la Biblia hebrea, en las sagas islandesas y hasta 

en las Vedas indias, sobre las que dijo…



Ulises navegaba por mares que no necesitaban ser azules.



Pero eso no fue lo único que descubrió, sino que además 

había una secuencia común en todos esos lenguajes.

Primero aparecen las palabras para negro y blanco u oscuro 

y claro -del día y la noche-; luego llega el rojo -de la sangre-; 

después le corresponde el turno al amarillo y al verde, y sólo 

al final, el azul.









¿Cómo describirlo sin usar la palabra azul?



Sin embargo, Homero estaba en Grecia, ese lugar que en 

muchas de nuestras mentes está enmarcado entre el cielo y 

mar… ¿cómo podían ignorar su color?

 ¿Cómo puede ser que los antiguos, particularmente los 

del Mediterráneo, no tuvieran un nombre para el color 

del cielo, que a nosotros nos parece la cosa más 

obvia?“.

“Nada ha cambiado en nuestra visión. Por siglos 

hemos tenido la misma capacidad física ver distintos 

tonos, pero no la misma necesidad”.



“Era perfectamente normal decir que el mar era negro, pues 

cuando está de color azul oscuro, parece negro, y eso era 

suficiente en esa época; una sociedad simple funciona 

perfectamente bien con negro, blanco y un poco de rojo”.






Entre más avanzan tecnológicamente las sociedades, 

más se desarrolla la gama de nombres de los colores“.


“Con más capacidad de manipular los colores y con la 

disponibilidad de nuevos pigmentos surge la necesidad de 

una terminología más refinada. Y el azul es el último porque 

además de que no se encuentra fácilmente en la naturaleza, 

tomó mucho hacer el pigmento”.






Preciosos y definitivamente azules ropajes de hermosas 



egipcias.





Los antiguos egipcios tenían pigmento azul y una palabra 

para nombrarlo, “pero, por supuesto, se trataba de una 

sociedad sofisticada”.

“Lo que importa no es tanto la época en la que vivieron sino 

del nivel de avance tecnológico. Es eso lo que se 

correlaciona muy de cerca con el volumen de vocabulario 

para los colores”, subraya el lingüista.

 En el hebreo bíblico está la palabra “kajol”, que 

significa azul.


“Es cierto, pero la razón por la que es confuso es que la 

palabra ‘kajol’ significaba negro. Tiene la misma raíz que la 

palabra ‘alcohol’, y el ‘kohol’ era un cosmético de polvos de 

antimonio que las mujeres utilizaban para pintarse los ojos, 

que era negro”.



Poco a poco fue cambiando hasta tomar el significado que 



tiene en el hebreo moderno: azul. Y ese no es el único caso.

“Lo mismo pasó con la palabra ‘kuanos’ en griego. Homero 

la usa, pero significa negro o algo oscuro. Fue después que 

empezó a significar azul”, explica Deutscher.


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