sábado, 20 de febrero de 2016

TODAVIA HAY GENIOS. ROBERTO FERRI, EL NUEVO CARAVAGGIO


Joven Artista Roberto Ferri Causa Furor
en Europa, es el nuevo "Caravaggio"



             
El pintor italiano Roberto Ferri (Tarento, 1978) tiene 35 

años, pero su pincel no es de este siglo. Sus obras, 

herederas de las pulcras y magistrales técnicas del 

claroscuro barroco, parecen haber nacido en aquella Roma 

de finales del Renacimiento, pero irrumpen en pleno siglo 

XXI con un poder que inquieta, aturde y seduce.



Estamos ante un nuevo clásico que hoy causa furor en 

Europa y está por descubrirse en Estados Unidos y América 

Latina.



El viernes 28 inaugura en Florencia la exposición Roberto 

Ferri y la eternidad de la pintura, esperada por el público y 

los coleccionistas con expectación, y con la cual se recupera 

la gran tradición del arte figurativo en la ciudad, afirma la 

curadora Francesca Sacchi Tommasi de la galería Etra 

Events, sede de la muestra.



Se presentarán unas 15 pinturas sobre lienzo (el número 

exacto se conocerá el día de la apertura), todas de 

manufactura reciente; entre ellas, un bellísimo retrato de la 

estrella del burlesque italiano Giuditta Sin, que el pintor 

tituló Chloris (en la mitología griega, es el nombre de la 

diosa de las flores).



La obra que verá el público de Florencia en los próximos 

días es la representación anatómica perfecta de cuerpos y lo 

sagrado, en poses y expresiones que recuperan y actualizan 

los modelos clásicos, el elemento central del estilo del 

artista, añade Saachi.






Son imágenes de carne y deleite, transgresión y pesadillas, 

las cuales se difunden en varias páginas de Internet 

(además del sitio web personal del artista) luego del éxito 

que logró su reciente exposición Noli foras ire (frase en latín 

que en español sería algo así como No quieras derramarte 

fuera), la cual se presentó en mayo y junio del año pasado 

en uno de los recintos más importantes de la capital 

italiana, el Palazzo delle Esposizioni.



Ahí, el público se rindió ante Ferri y sus paraísos perdidos, 

luciferes, ángeles caídos, sirenas malignas y otras 

concupiscentes bestias. Ya en 2011 su nombre había 

causado polémica en el mundo del arte, cuando presentó 

Vía Crucis, obras comisionadas por la catedral siciliana de 

Noto, cuyo protagonista es un atlético y sensual Jesucristo. 

Las 14 estaciones de la Cruz fueron expuestas en el Palazzo 

Grimani en Venecia durante la Bienal Internacional de Arte.



A propósito de esta serie, el historiador de arte Maurizio 

Calvesi escribió: “Ahora el ‘anacronismo’ en la pintura de 

Roberto Ferri emerge en toda su literalidad de recuperación 

de la pintura después de Miguel Ángel, concediendo sólo a 

un instrumento de la modernidad: el surrealismo, el cual 

envuelve con sus formas abstractas de intranquilidad 

visceral, con innegable sabiduría, pasión y empatía, las 

paredes de los museos, entre la gracia y la morbosidad 

sadomasoquista. Aquí es un surrealismo que tiene la 

capacidad metamórfica de un Dalí, excepto que en Dalí es 

viscosa, en cambio, en Ferri es carnal”.





Busqueda de secreto


Roberto Ferri el nuevo Caravaggio



Mientras trabaja en una importante comisión que mantiene 

en reserva y se prepara para exhibir por primera vez en 

Nueva York, en una muestra individual, Roberto Ferri 

ofrece, vía correo electrónico, una entrevista a La Jornada:

– ¿Cómo se apoderaron el claroscuro y las técnicas clásicas 

de su obra?



–Descubrí a Caravaggio y al barroco desde pequeño, 

mirando un libro de mi abuelo. Desde entonces quedé 

fascinado con el tenebroso mundo de la sombra y la luz 

radiante, fue así que quise hacer mía esa técnica, para narrar 

mi mundo.



Ferri explica que nació a orillas del mar Mediterráneo, en la 

sureña ciudad de Tarento en 1978. Desde adolescente se 

empeñó en estudiar todo lo relacionado con la teoría y la 

práctica de la pintura. En particular, sus investigaciones se 

enfocaron en el quehacer artístico del siglo XV hasta finales 

del XVIII, enamorado de los maestros del claroscuro y el 

simbolismo, y sobre todo de los grandes del academicismo y 

el dibujo como Jean-Auguste-Dominique Ingres, Anne-

Louis Girodet, Théodore Géricault, Charles Gleyre, Frederic 

Leighton y William-Adolphe Bouguereau, entre otros, 

quienes lo sorprendieron e incitaron a desarrollar lo que 

llama mi propia poesía.








Nueva fuerza en la pintura


En 2006, Roberto Ferri se graduó con honores en la 

Academia de Bellas Artes de Roma, en la especialidad de 

escenografía, pero desde siempre su principal labor la ha 

desempeñado frente al lienzo, convencido de que la pintura 

tiene una nueva fuerza en diversas partes del mundo, lo 

estoy descubriendo porque muchas personas me dicen que 

quieren aprender a pintar.



También comenta que lo sorprende la reacción que su obra 

causa en el público. A diario recibe infinidad de 

felicitaciones a través de Internet. En particular, las 

personas se admiran de que siendo tan joven esté pintando 

ya con esa maestría. Ferri admite que ha sacrificado muchas 

cosas por pasar no sólo noches enteras dibujando y 

pintando, sino horas y horas en los museos, mirando la obra 

de los grandes autores, buscando esos secretos que no se 

puede aprender en ninguna escuela.



El reconocido crítico de arte italiano Vittorio Sgarbi define a 

Roberto Ferri como un fenómeno, admirable, es un pintor 

antiguo. Pero aquí estamos, ante pinturas académicas 

sorprendentemente modernas y transgresoras, que tienen 

un efecto borgesiano: piden y obtienen sorpresa, delante de 

ellas no sabemos decir en qué época estamos.



Respecto del arte contemporáneo y conceptual, Ferri se 

desmarca y no se anda con medias tintas. Señala que el 

británico Damien Hirst (Bristol, Reino Unido, 1965), el 

artista vivo con la obra mejor pagada, es “un excelente 

hombre de negocios, pero para mí el arte es otra cosa. 

Precisamente esta energía renovada que tiene en la 

actualidad la pintura, según yo, viene del hecho de que todos 

estamos cansados del ‘arte malo’ y sin calidad.


Lo sagrado y lo profano





En 2002, Ferri participó en su primera muestra colectiva 

titulada Los animales y los dioses en la galería El Laberinto, 

en Roma. Al año siguiente, también en esa capital, fue 

invitado a presentar su primera exposición individual en el 

Centro de Arte Contemporáneo Luigi Montanarini.



De ahí en adelante los coleccionistas se arrebatan sus obras, 

varias de las cuales pertenecen a acervos privados de su país 

como de Londres, Dublín, París, Madrid, Barcelona, Nueva 

York, Miami, San Antonio, Boston y Qatar.



Su muestra el año pasado en el Palazzo delle Esposizioni fue 

calificada de única e impresionó a la crítica por la 

estremecedora manera en la que un joven artista “convive 

con lo sagrado y lo profano, así como su deseo de combinar 

el bien y el mal, como en el óleo Lucifer, donde el ángel 

caído del cielo, representado mientras imprime su sello en 

una piedra y en la tierra que gobernará, expresa su belleza al 

máximo.



Además de la armonía en las formas y la composición, 

caracterizadas por un sentido de onirismo y por numerosas 

referencias a la antigüedad, cuyo propósito es generar 

asombro y maravilla en el espectador, los críticos alaban la 

férrea disciplina del pintor, quien señala a este diario:


 Dedico mucho tiempo a cada cuadro, porque cada obra 

exige amor y aquello que me hace sentir es indescriptible, 

trato de plasmarlo, de narrarlo de la mejor manera posible. 

¡Es bellísimo!



– ¿Qué hay dentro de un artista tan joven que estalla con la 

intensidad de tantos siglos en cada cuadro?



–Mi mundo interior está hecho de placer y dolor, Eros y 

Tánatos, sueños y pesadillas, son las imágenes que llevo 

dentro, entonces, mis cuadros son como ventanas abiertas a 

todo ello que es la parte más íntima, más escondida, más 

hermética, pero también la más sensible.



El maestro Roberto Ferri presentará en una magna 

exposición que se realizará durante el segundo semestre del 

año, en el museo Bilotti, de Villa Borghese, en Roma, su 

magistral manera de plasmar las metamorfosis del cuerpo y 

del alma, una amplia colección de obras recientes de la cual, 

la muestra Roberto Ferri y la eternidad de la pintura, que 

permanecerá en Florencia durante un mes, es sólo un 

primer bocado.



Transgresión y pesadillas   


                  Roberto Ferri

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